Si deseas comenzar tu visita a São Paulo de la mejor manera, te recomendamos explorar uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad: el Mercado Municipal, o "Mercadão", como se le conoce popularmente. Este mercado no solo destaca por su tamaño, sino también por su relevancia cultural y turística. Inaugurado en 1933, el edificio de estilo ecléctico, con influencias góticas y neoclásicas, ocupa un área de 12.600 metros cuadrados y alberga cerca de 300 tiendas. Cada día, alrededor de 1.500 personas trabajan allí. Aunque está ubicado en el centro histórico y atrae a turistas de todo el mundo, sigue siendo un lugar frecuentado por los propios paulistas, además de ser un centro de comercio mayorista.

No puedes dejar de visitar la famosa Avenida Paulista, probablemente la vía más representativa de la ciudad. Nacida a finales del siglo XIX por iniciativa de la élite cafetera que quería vivir en un área apartada del bullicio urbano, la avenida se llenó de residencias y palacetes de estilo ecléctico, propiedad de las familias más acomodadas de la época. Fue la primera calle asfaltada de São Paulo, con materiales importados de Alemania. Con el crecimiento económico y expansión de la ciudad en los años 50, muchos de estos palacetes fueron reemplazados por modernos edificios comerciales y oficinas, aunque aún se puede ver un ejemplo destacado: la Casa das Rosas.

El Museu de Arte de São Paulo (MASP) es otro de los grandes tesoros de la ciudad. Considerado uno de los museos más importantes de Brasil, alberga una de las colecciones de arte más prestigiosas de América Latina, que abarca desde la Antigüedad clásica hasta el arte contemporáneo. En sus salas podrás admirar obras de grandes maestros como Velázquez, El Greco, Botticelli, Rubens o Rembrandt.

En pleno centro histórico se encuentra la Catedral Metropolitana de São Paulo, también conocida como Catedral da Sé, ubicada en la Praça da Sé. Esta majestuosa iglesia, dedicada a la Asunción de María, comenzó a construirse en 1913 y se completó 40 años después. Su estilo neogótico, con una imponente cúpula central y dos torres de 92 metros de altura, la convierte en la iglesia más grande de la ciudad.

Muy cerca de allí, el Mosteiro de São Bento, fundado a principios del siglo XX, sigue siendo habitado por monjes benedictinos. No te pierdas la iglesia del monasterio, cuyo techo está decorado con pinturas impresionantes, ni sus diversas capillas. Si te apetece algo dulce, visita la tienda del monasterio, famosa por sus panes y dulces, elaborados por los monjes siguiendo recetas tradicionales de gran secreto.

Para hacer un alto en la ciudad, nada mejor que el Parque do Ibirapuera, el mayor pulmón verde de São Paulo. Con 158 hectáreas, el parque cuenta con tres lagos artificiales, un auditorio diseñado por Oscar Niemeyer, un obelisco y varios palacios. Además, alberga el Museo Afro Brasil y el Museo de Arte Moderno de São Paulo, entre otras importantes atracciones.

Finalmente, no puedes dejar de explorar uno de los barrios más fascinantes de la ciudad: Liberdade, también conocido como el barrio japonés. Fue en este sector donde se estableció gran parte de la inmigración japonesa a principios del siglo XX. A lo largo de las décadas, se han sumado comunidades de descendientes de japoneses, coreanos y chinos, lo que le ha conferido una atmósfera única. En sus calles encontrarás una vibrante mezcla de restaurantes, tiendas, templos y mercados, que te invitarán a disfrutar tanto de su cultura visual como gastronómica.